María Esther Beltrán Martínez Fotos: J.Carlos Santana
Málaga, España.- Después de varios meses el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga reabre sus puertas con la exposición Drácula x Drácula, compuesta por 61 obras, entre pinturas, fotografías, esculturas y dibujos de 56 artistas diferentes.
Para algunos lectores seguro el título lo lleva a pensar que es de un personaje que chupa sangre y tiene mil historias internacionales, pues nada que ver. La obra Drácula, una escultura de tamaño natural realizada en mármol, muy representativa en la producción del artista español Juan Miguel Quiñones (Vejer de la Frontera, Cádiz España 1979) , que hace referencia al personaje literario y al mítico helado de idéntico nombre, desarrollado en 1977 por Juan Viñallonga y el equipo de innovación y marketing de Frigo.
Quiñones, se distingue por convertir cualquier tipo de objeto en un símbolo de una época que ya sólo tiene cabida en la memoria, eliminando sus funciones y significados habituales, evidencia al mismo tiempo esa ironía tan propia de su sentir andaluz y del lenguaje Pop y urbano en cada una de sus obras.
“La escultura representa el único cauce de comunicación posible para Juan Miguel Quiñones. Iniciado en la restauración, de manera autodidacta comenzó a desarrollar sus propias obras en mármol, piezas que cuentan con un carácter único por los diferentes procesos técnicos que desarrolla hasta completarlas” explica Juan Ramón Rodríguez-Mateo uno de los curadores de la exposición.
Señala que el trabajo de Quiñones reflexiona sobre la memoria y los recuerdos que condicionan determinados objetos que han formado parte de la infancia, la adolescencia o la edad adulta. Esos objetos que definen sus obras pertenecen a la década de los 70 y 80 cuando comenzaba a desarrollarse en España una verdadera sociedad de consumo. Objetos materiales que permiten al espectador establecer una mirada crítica hacia una memoria compartida selectivamente. En sus obras se recrea una estética cercana al neo pop, que es fusionada con los parámetros presentes en el arte urbano actual. El lenguaje que emplea el artista es por una generación consumista en la que priman las marcas, las modas y la tecnología.
El artista Quiñones señala que surge tras un encuentro entre él y Santiago Ydáñez el primero decide intercambiar con distintos artistas nacionales e internacionales una de sus obras más emblemáticas, la reinterpretación en mármol del Drácula, el mítico helado desarrollado en 1977 por Juan Viñallonga y el equipo de innovación y marketing de Frigo, que continuaría desarrollando iconos helados (Frigo-dedo (1980), Frigo-pie (1983), Calippo (1984), Twister (1986)), para varias generaciones de españoles.
Pintores, escultores, artistas urbanos y creadores multidisciplinares, reconocidos o emergentes, inicialmente sin nexos estilísticos en común, conforman un conjunto que representa una muestra fehaciente de los distintos lenguajes estéticos que se superponen e interactúan en la plástica andaluza, nacional e internacional más actual y reciente. El proyecto y la muestra que de ella nace ejemplifica la evolución de un mecanismo común y habitual entre los artistas contemporáneos: el intercambio de obras. La selección realizada por los comisarios, que combina las tipologías de exposición colectiva e individual a la vez, representa sólo una parte de la colección generada por el proyecto Drácula x Drácula, una propuesta dinámica y en constante evolución.
Un grupo de autores sintetizan en una misma obra el icono helado y el personaje literario de forma directa y objetiva a través de sus signos parlantes (cromatismo, forma, rasgos simbólicos) y los hacen convivir en un mismo escenario. Otro grupo de artistas oscilan entre la abstracción conceptual y la deconstrucción morfo-cromática. No podía faltar el género del retrato, pero un género transformado por la visión contemporánea de este medio expresivo. El paisaje se cuela entre los intereses y estrategias de diversos autores. El bodegón, entendido como naturaleza muerta, resucita en sus modos más actuales.
Desde lo contextual o lo cinematográfica, utilizan estrategias apropiacionistas, vampirizando otras obras para transformarlas en material para las suyas. La conciencia, ya sea medioambiental, social o vivencial, condiciona y orienta. Lo críptico, lo extraño, lo inexplicable también se encuentran en algunas obras.
Dale click al enlace y disfruta más de esta exposición Drácula.
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