domingo, 23 de diciembre de 2018

Sevilla conmemora el IV centenario del nacimiento de Murillo

Exposiciones y restauraciones cerca del público


María Esther Beltrán Martínez     Fotos: J.Carlos Santana

Andalucía España.-  Este año la Junta de Andalucía ha conmemorado IV Centenario del nacimiento del artista sevillano, Bartolomé Esteban Murillo. Han efectuado  exposiciones y restaurado dos obras de gran formato. Los lienzos: Moisés haciendo brotar el agua de la roca y Milagro de la multiplicación de los panes y los peces; son obras cumbres de Murillo creadas en su ciudad natal y han permanecido hasta el día de hoy.

Los dos cuadros, ambos de iguales dimensiones (333 x 550 centímetros aproximadamente), son óleos sobre lienzo con marco de madera tallada y dorada. La intervención del IAPH ha permitido mejorar la apreciación e interpretación formal de las obras, logrando un resultado estético acorde a su gran valor patrimonial y sus características materiales. Así, se ha actuado sobre los elementos degradados realizando acciones curativas, incidiendo en las causas del problema más que en los efectos y limitando la actuación al mínimo, para garantizar su seguridad y perdurabilidad.
Con esta conmemoración  se tiene la oportunidad de ver obras que se encuentran en colecciones privadas o museos extranjeros. Las obras de Murillo  fueron cotizadas y salieron de España. Con la exposición Murillo. IV Centenario  integrada por 55 lienzos procedentes de Inglaterra, Francia, Alemania, México y Estados Unidos se tiene la oportunidad de verlas reunidas en el Museo de Bellas de Sevilla.Además se suman 17 de la exposición de Capuchinos dando un total de 72 obras. 

Es la mayor y más completa exposición de Murillo celebrada hasta la fecha en nuestro país. La muestra nos ofrece una visión global de una de las figuras maestras del Barroco español y de la Escuela pictórica sevillana. 

La exposición permite al visitante abordar la trayectoria del pintor y nos muestra diferentes temáticas, desmontando determinados prejuicios simplistas en torno a Murillo, pues su estilo, sus propuestas, y el conjunto su obra, que va mucho más allá de la temática religiosa, marcó un hito en la historia de la pintura española, proyectando su arte desde Sevilla al conjunto de Europa.  La curadora es la directora del Museo de Bellas Artes de Sevilla, Valme Muñoz, y por el jefe de Conservación del centro, Ignacio Cano.

Actualmente en el mercado de obras de arte, el sevillano se ha revalorizado y ha  alcanzando más de los 700 mil euros. Y los que gustan del arte pueden descubrir las obras de Murillo que han permanecido en colecciones privadas o museos extranjeros.

Respecto a las restauraciones de los lienzos pertenecientes a la Iglesia de San Jorge en Sevilla fueron trasladadas en diciembre de 2016 al Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico para su estudio e intervención. 

“Constituyen una de las aportaciones más monumentales al catálogo murillesco y su estudio ha supuesto una importante  contribución para conocer el proceso creativo de Murillo. Su restauración ha hecho posible la consolidación de la iglesia de San Jorge como uno de los espacios Murillo por excelencia, de gran interés para la oferta turística y patrimonial de la ciudad en el marco de la celebración del Año Murillo. 

En torno a la restauración de los lienzos se ha desarrollado un programa de comunicación y difusión con el fin de acercar a la ciudadanía este proyecto. Con la exposición Murillo cercano. Miradas cruzadas,  el público disfrutó las obras con tal cercanía que jamás podría imaginar, debido que estas se encuentran siempre a seis metros de distancia.

El consejero de Cultura en funciones de la Junta de Andalucía, Miguel Ángel Vázquez, ha valorado de forma muy positiva estos datos que “reflejan el éxito de una propuesta que nos permite disfrutar de lo más selecto de la extensa producción de Murillo. La aceptación por parte de público viene a reconocer el esfuerzo realizado para reunir en Sevilla la mayor concentración de ‘Murillos’ realizada hasta el momento se demuestra que estamos ante un magnífico cierre para el ‘Año Murillo’, un gran evento cultural de carácter internacional con el que Sevilla ha homenajeado al pintor desde todas las perspectivas: artística, científica, cultural, patrimonial y también social”. 

https://www.youtube.com/watch?v=6R6HUnuQrAE&t=421s







miércoles, 12 de diciembre de 2018

Reivindican la obra del artista español Francisco Iturrino en la ciudad de Málaga




María Esther Beltrán Martínez
Fotos: J.Carlos Santana

Andalucía, España.-  El Museo Carmen Thyssen Málaga presenta medio centenar de obras en  la exposición La furia del color. Francisco Iturrino (1864-1924). Artista español  renovador  singular de la plástica española de la primera década del siglo XX, introdujo una nueva manera de interpretar la figura femenina  en relación con la Naturaleza, coherente con la corriente internacional.

“Aportó una visión distinta de los temas tradicionales, con una pintura gozosa y vitalista, y lo hizo desde un tratamiento técnico que mostraba recursos novedoso, con una pincelada líquida, alargada y gestual y una cromática intensa y exaltada su obra supuso la fusión de elementos heredados de maestros del postimpresionismo con la aventura regionalista. En la temática escogida, mostró un paralelismo con su tiempo. Cuando Iturrino comenzó a pintar, hacia 1982, confluye en el ámbito internacional un gusto por este asunto. En otros aspectos tuvo una estrecha vecindad con el fauvismo, llegando a ser considerado un precursor del mismo, pero Iturrino, nómada de espiritu viajero incansable realizó su obra en soledad”, explica la curadora de la exposición Lourdes Moreno.

Agrega que nacido en Santander en 1864, pero vasco de adopción, a pesar del gusto artístico de la burguesía local e Bilbao no optó por la temática realista y rural en torno al caserío o de arrantzales y remeros, a la manera Anselmo Guinea o Manuel Lozada; tampoco se vinculó al compromiso social de autores como Adolfo Guiard. Su aportación fue otra, desde una perspectiva más radical e innovadora.

Recibió una formación cosmopolita e internacional. Estudió en Bélgica y trabajó en París y recorrió de forma intensa toda la geografía española, expuso con Picasso y pintó mano a mano con Matisse y fue uno de los artistas españoles de su tiem`po que trabajo con mayor libertad en sus obras. Rindió culto al color y estuvo cercano a miembros del grupo fauvista, pero Iturrino fue un creador que mantuvo una clara independencia estilística y vital. Un autor de compleja clasificación, entonces y ahora.

Sin duda alguna, la exposición revisa  una perspectiva inédita, la pintura de Iturrino. La muestra ahonda en la reivindicación de su arte, destacando el carácter  marcadamente personal de su obra, pero sobre todo las numerosas influencias e intercambios con el poliédrico contexto nacional y europeo de su tiempo, que le sitúa en una renovadora corriente internacional de exaltación del color como elemento expresivo y compositivo.

Junto con los mejores lienzos de Iturrino se muestran obras de otros doce artistas, entre los que se encuentran Matisse, Derain, Maurice de Vlaminck, Zuloaga, Anglada- Camarasa, Regoyos, Nonell, Juan de Echevarría, Vázquez Díaz, Ismael Smith, Fernando de Amárica y Manuel Ortiz de Zárate.

Se  exhibe un retrato que le hizo en 1914 su amigo André Derain, uno de los iniciadores del fauvismo, abre la exposición La furia del color, ilustrando las conexiones que Iturrino estableció en París con los protagonistas de las corrientes renovadoras del arte de su tiempo, y que en esta muestra se presentan como fundamentales para su pintura.

Moreno enfatiza que todas las amistades del pintor entre las que se incluyen los principales protagonistas de las vanguardias de comienzos del siglo XX o literatos como Unamuno y Gómez de la Serna, y sus puntos de encuentro muestran, en definitiva, que Iturrino, pese a su absoluta singularidad den la España de su tiempo, no fue un artista aislado o al margen de las grandes corrientes pictóricas.

En la inauguración de la exposición se contó con familiares del artista entre los que se encuentra su nieto.








domingo, 2 de diciembre de 2018

Está de fiesta el Museo del Prado al conmemorar su bicentenario





María Esther Beltrán Martínez 
Fotos: Cortesía del Museo del Prado.


Madrid, España.-  El Museo del Prado conmemora su bicentenario con decenas de actividades culturales para todos los gustos. El 19 de noviembre de 1819 se abrió el Museo Real con fondos procedentes de las colecciones reales y es hasta hoy en uno de los principales depositarios  de la memoria pictórica occidental y es un punto de referencia en el arte nacional español como internacional.

Aunque el Museo del Prado no se encuentra entre los veinte más visitados del mundo, destaca por ser el segundo más visitado de España, en el 2017 reportó más de 2 millones de visitantes.

Para comenzar la celebración por el bicentenario, se inauguró la exposición  Museo del Prado 1819-2019. Un lugar de memoria. La muestra incluye un total de 168 obras originales, 34 procedentes de distintas instituciones nacionales e internacionales, además se tiene material auxiliar  como:  cartelas, mapas, gráficos, reproducciones fotográficas e instalaciones audiovisuales.  

El curador de la obra es Javier Portús, Jefe de Conservación de Pintura Española (hasta 1700) del Prado.

“La muestra propone un recorrido cronológico por el devenir del museo, que es un criterio que permite subrayar lo que tiene de institución viva y especialmente permeable a los vaivenes históricos del país. Entre los hechos que se han tomado como puntos de referencia principales a la hora de hilvanar esa historia figuran la conciencia patrimonial española, la forma como se ha ido resolviendo el diálogo de la institución con su público y la sociedad, el reflejo que han tenido en el museo algunos momentos críticos de estos dos siglos de historia nacional, los criterios por los que se ha guiado el enriquecimiento de sus colecciones y la política expositiva, el desarrollo de la historia del arte como disciplina humanística, el impacto que han tenido el museo y sus colecciones sobre el arte y los artistas de los siglos XIX y XX o los contenidos simbólicos que se han ido asociando a la institución.

El recorrido cronológico se articula en ocho etapas a través de las que se muestra cómo la institución ha desarrollado una personalidad propia, que a su vez ha sido reflejo del devenir histórico del país”.

Destaca que entre los temas tratados, por su relevancia artística, el de la importancia que ha tenido el museo como espacio de reflexión e inspiración para sucesivas generaciones de artistas nacionales e internacionales, que se encuentra representado con obras de Renoir, Manet, Chase, Sargent, Arikha o Pollock, entre los artistas foráneos, y de Rosales, Saura y, muy singularmente, Picasso, entre los nacionales. 

El recorrido ilustra también, sirviéndose de todo tipo de documentos y obras de arte representativas en cada caso, los avatares institucionales del Prado; la manera como han ido creciendo sus colecciones, y la variedad de fórmulas que se han empleado para ello; los criterios de organización y exposición de la colección; la forma como ha ido asumiendo la promoción de los estudios histórico-artísticos; y las formas a través de las cuales ha ido plasmando su vocación pedagógica, y se ha expresado su relación con la sociedad.

Entre las secciones se encuentra El franquismo, data  1939-1975, décadas centrales del siglo XX  donde el museo estaba consolidado en la cultura occidental. Y su historia estaba marcada debido que muchos escritores e intelectuales utilizaron sus salas y sus obras para reflexionar sobre cuestiones que trasciendían las puramente histórico artísticas. Esa tendencia se agudizó desde mediados de siglo, y ha dado lugar a un corpus de ensayos, poemas, piezas de teatro y otras obras literarias de una notable envergadura y gran variedad.

Explican que paralelamente, fueron muchos los artistas contemporáneos que -como en el siglo XIX- utilizaron las obras del Prado para enfrentarse no solo a su propia tradición profesional, sino también a asuntos generales de las condición humana, y que en sus propias pinturas, esculturas o fotografías reflejaron ese diálogo.

La nómina de creadores atraídos por el museo y sus obras es muy elevada y variada, e incluye a nombres como Pollock, Motherwell, Zoran Music, el Equipo Crónica, Antonio Saura y un largo etcétera. Algunos de ellos se sintieron especialmente atraídos por Las meninas, una obra cuya complejidad narrativa y estructural la hace muy atractiva al pensamiento contemporáneo, muy interesado en la metaficción, tanto literaria como artística. Entre los muchos que se sintieron atraídos por el cuadro figuran artistas como Hamilton, Oteiza, o Arikha, pensadores como Foucault, o dramaturgos como Buero Vallejo. También Picasso, cuya famosa serie de 1957 está basada en el recuerdo personal que tenía de la obra. 

Era un recuerdo vinculado a su instalación en la llamada "Sala de Las meninas", por lo que en esta parte de la exposición habrá un espacio dedicado a ese lugar tan singular dentro de la topografía del museo. El notable desarrollo de la fotografía y la filmografía durante la segunda mitad del siglo XX hace que haya quedado una gran cantidad de imágenes y grabaciones que muestran el museo y sus salas habitados por visitantes, la mayoría de ellos son anónimos, pero otros son personajes importantes de la vida artística, intelectual, cultural y social de la época. Por eso, esta será la sección en la que se dará cabida a los visitantes del Prado, a través de fotografías y grabaciones. Entre todos estos apartados, este capítulo de la exposición será el que describa de manera más nítida hasta qué punto el museo había alcanzado ya un lugar importante en nuestro imaginario colectivo”.