lunes, 26 de noviembre de 2018

El artista estadounidense Hernan Bas presente por primera vez en un museo de España



María Esther Beltrán Martínez    Fotos: J. Carlos Santana



Andalucía, España.- El Centro de Arte Contemporáneo de Málaga (CAC) presenta por primera vez la obra del artista estadounidense Hernan Bas (Miami,1978). La muestra  está compuesta por treinta y seis  pinturas y obras sobre papel  algunas creadas expresamente para esta exposición.El curador de la exposición es el director del CAC, Fernando Francés. 

“La atmósfera de Hernan Bas está muy influida por el arte y la literatura del decadentismo. Comienza con el aislamiento, luego se abre camino hacia la forma que utilizan para transmitir ese sentimiento en la novela romántica contemporáneo y en la literatura romántica del siglo XVII. Es un asiduo al terreno literario en busca de inspiración y referencias: aventuras, romances, misterio, cuentos de hadas, mitología, plástica e historia religiosas han contribuido a crear un universo que es completamente propio de Bas” explica Francés y continúa diciendo.

“En un sentido más formal serán en el cine, cómic, la televisión y el teatro elementos que contribuyan a la creación de su vocabulario estético y conceptual.Existe un intencionado esfuerzo por dotar a cada obra de un título de referencias y mitología a historias, etc, teniendo en algunas ocasiones un significado literal, y en otras siendo meros juegos de palabras.  Es ínfimo lo que Bas deja al azar, sus composiciones, surgen de una investigación obsesiva y de una observación material idiosincrasia. Así, a lo largo de la última década el artista también ha ampliado consistentemente su experimentación con la tracción como puede verse en la muestra del CAC Málaga, A Brief Intermission.

Si bien nunca se ha apartado completamente de las tradiciones figurativas y paisajistas, que aún sustentan su trabajo, Bas ha desarrollado una práctica pictórica y gestual profundamente experimental mediante elementos de la poética simbolistica, además de realizar un continuo pulso sentimental entre la calma y la tormenta, y la sensación de equilibrio a punto de quebrarse. Ha extraído y refinado una forma de pintura que podría considerarse de autorretrato, no en sentido formal sino emocional; actualmente dentro de un contexto más amplio de auto imagen de una sensibilidad y estética de la cultura queer. Bas pinta chico jóvenes personajes en los que se palpa una sensualidad contenida, proyectada desde un supuesto de virginidad, una anticipación de placeres que no se han disfrutado o una tentación por lo desconocido”.

Bas agradeció en rueda de prensa el trabajo que han realizado para su exposición y confesó sentirse agusto en Málaga. 

“Me siento atraído por las historias y los cuentos, pero quiero pensar que mi interés por ellos va más allá y se traduce en imágenes que trascienden la mera representación de las cosas que me gustan”, explica sobre su obra.

Sorting out Andy (2018) es la obra de mayores dimensiones de la exposición . Sobre la misma explica el artista que comenzó a pintarla pues le habían regalado la serie completa de catálogos de la famosa subasta de Andy Warhol.

“ La obra presenta un momento histórico que tuvo lugar de forma discreta tras las puertas cerradas de una casa del centro de Manhattan. Poco después de la muerte de Warhol, un equipo de Sotheby’s se instaló en la residencia del famoso artista y acometió lentamente la tarea de ordenar los miles de objetos destinados a la subasta. En los periódicos aparecían fotografías de becarios subiendo por las escaleras de la casa cargados con ordenadores Macintosh que ayudarían en la catalogación”.

 Bas imaginó la ardua tarea de estos, y decidió que ese iba a ser el tema. Una figura masculina se tumba sobre una mesa, absorto o, tal vez, entregado a la ensoñación. Se observan en la habitación numerosos objetos como un par de guantes rojos tirados con descuido sobre una caja de cartón o varias máscaras de madera tallada, una lata Campbell, obra de Picasso, zapatos, todos objetos reales de Warhol. Las subastas, que duraron diez días e incluyeron más de 10.000 objetos, atrajeron a miles de mirones y alcanzaron unos precios finales de más del doble de las estimaciones previas a la venta. Para Hernan Bas esta no es la escena de batalla épica del subastador que levanta triunfalmente su martillo en una sala abarrotada; es más bien un retrato del paje que llevó el tratado que puso fin a la guerra. 





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